O Rei Pelé, un admirador de Boca y la Bombonera | Futbol

El brasileño fue uno de los tantos cracks del fútbol mundial que se maravillaron con nuestra cancha y el apoyo de la gente.

“El jugador que no llega a estremecerse con el estímulo de la hinchada de Boca está enfermo o ejerce una profesión equivocada. Para el primer caso lo que corresponde es ir al médico. Para el segundo, no existe ninguna otra solución que dejar el fútbol”. La frase, propia de algún ídolo del club, dirigente encumbrado, técnico con olor a bostero o hincha fanático, le pertenece a Pelé. Está todo dicho.

Edson Arantes do Nascimento (1940-2022) fue el primer deportista global de la historia, tapa de revistas de actualidad, un virtuoso dueño de todas las destrezas (pegada con pelota quieta o en movimiento, remate con ambas piernas, gambeta corta y larga, salto prodigioso, cabezazo letal) que a sus habilidades naturales y aprendidas le agregaba exuberancia física, espíritu combativo y fortaleza mental.

Con Boca hubo sentimientos de rivalidad y admiración, nacida en aquella final de la Copa Libertadores de 1963 y prolongada hasta el torneo de verano de 1970 en Mar del Plata, donde Norberto Rubén Madurga (78 años recién cumplidos) opacó la figura de O Rei con dos goles en un vibrante 2-2 ante un Santos que entre otros tenía a Carlos Alberto y Clodoaldo, campeones del mundo a los pocos meses en México. 

Pelé protagonizó duelos épicos con Antonio Ubaldo Rattin, el patrón xeneize en la media cancha. Se cruzaron muy duro también en la definición de la Copa de las Naciones de 1964, cuando un seleccionado argentino armado de urgencia pisó firme en Brasil y se impuso 3-0. Siempre existió respeto entre O Rei y el Rata, como demuestra la imagen que ilustra esta nota.

Otro símbolo boquense, Ángel Clemente Rojas, guarda recuerdos de aquella época inolvidable: “Haber enfrentado a Pelé es algo que queda para toda la vida. Yo tuve esa satisfacción y de muy joven. A veces siento que pudimos haberle ganado a aquel Santos, porque nos perdimos varios goles acá, pero no  se trataba solo de jugar contra Pelé, sino contra sus laderos. Era un equipazo”.

Acierta Rojitas: Santos estaba lleno de cracks. Y el mejor de todos ellos, sin discusión, fue Pelé.